Hoy en día es fácil encontrar un nutrido grupo de usuarios utilizando dispositivos de última generación, como tabletas o móviles inteligentes, en lugares tan variopintos como la cocina domestica[1] o en los laboratorios de investigación. Estos dispositivos se engloban dentro de la filosofía “paperless”.[2]
La rápida adopción de este tipo de dispositivos por los usuarios en los últimos años, ha llamado la atención a los desarrolladores de aplicaciones móviles. Aquellas relacionadas con la química se han incrementado considerablemente en poco tiempo,[3] y realizando una o dos funciones, que se pueden encontrar en otros programas en ordenadores de sobremesa, estas aplicaciones pueden usarse para incrementar la productividad de los químicos en el laboratorio.[4]
Por otro lado, uno de los campos más emergentes de la química es el la química “verde” o química sostenible, cuyo principal objetivo es el reconocimiento y aplicación de una serie de principios que reduce o elimina el uso o generación de sustancias peligrosas.[5]
Como modelo industrial en el área de la química se suele acudir a la industria farmacéutica. En ella, a la hora de realizar una química medioambientalmente benigna, siempre se encuentran muchos desafíos asociados a la multitud de pasos sintéticos. Dado que los disolventes corresponden, hablando en porcentaje, con la mayor cantidad de sustratos utilizados como ingredientes farmacéuticos, si se desea mejorar el proceso desde el punto de vista de la sostenibilidad, correspondería la eliminación o sustitución por disolventes menos dañinos ecológicamente hablando. Seguir leyendo